La Jornada, 14 de agosto de 2007
El verdadero triunfador de los comicios oaxaqueños del pasado 5 de agosto fue el voto de castigo a todos los partidos. En las elecciones para renovar la Cámara de Diputados local todas las formaciones políticas perdieron las elecciones. Los ciudadanos, simple y llanamente, desertaron de la contienda partidista.
¡Que se vayan todos! Ese fue el enérgico mensaje enviado a la clase política oaxaqueña. Los pueblos están hartos de la partidocracia y sus politiquerías, de los políticos profesionales y sus marrullerías, de quienes están en el gobierno y de quienes dicen ser opositores parlamentarios. Ni les creen ni les confían ni los quieren.
Sólo asistió a las urnas uno de cada tres posibles votantes. En muchas comunidades indígenas la abstención fue aún mayor. Apenas votó 10 por ciento del padrón electoral. Si la gente que ha luchado por cambiar la sociedad y la política en Oaxaca no salió a sufragar es porque está convencida de que, más allá de las siglas en las que se arropan, los políticos tradicionales son todos iguales.
El Partido Revolucionario Institucional (PRI) puso en juego todas las mapacherías que forman su capital político. A pesar de ello, sólo logró recoger una votación similar a la que obtuvo Roberto Madrazo como candidato presidencial. Pero en ello no hay novedad. No en balde Ulises Ruiz, a pesar del descalabro en los comicios federales del año pasado, es uno de los mayores defraudadores electorales del país. El voto a favor de los candidatos del tricolor fue comprado en comunidades marginadas del estado con meses de anticipación, con cargo al erario. La coacción se dejó sentir en las regiones donde aún dominan los caciques. El embarazo de urnas, los carruseles y la alteración de actas estuvieron a la orden del día.
Los comicios se efectuaron en medio de un clima de intimidación y terror gubernamental hacia la oposición popular. Muchos dirigentes sociales tuvieron que pasar a la clandestinidad o, cuando menos, salir del estado para no ser detenidos o agredidos físicamente. Otros, de plano están en la cárcel. En plena campaña se realizaron detenciones arbitrarias...