El desgrane de la mazorca

La Jornada, 07 de agosto de 2001

Miles de campesinos se movilizarán este 8 de agosto en todo el país. El día 14 varias organizaciones tomarán el puente fronterizo de Ciudad Juárez, Chihuahua. En Sinaloa se reanudaron las protestas de maiceros. Los piñeros de Veracruz y Oaxaca tiraron 20 toneladas de su producto en dos carreteras para demostrar su inconformidad en contra de las importaciones masivas de la fruta. La Asociación Nacional de Empresas Comercializadoras (ANEC) promovió un amparo en contra del decreto presidencial que establece para el maíz un arancel de uno y 3 por ciento. Los cañeros acaban de desconocer a su dirigente cuando éste trató de levantar su plantón.

Muchos gobernadores, en su mayoría priístas, se han montado en la ola del descontento rural. Pretenden asumir la representación del movimiento campesino. Necesitan los recursos de los programas agrícolas para mantener el control político de sus entidades. Los agricultores sinaloenses han contado con la tolerancia y el discreto apoyo de Juan Millán. El 31 del mes pasado los mandatarios de los estados caferaleros se reunieron con el presidente Vicente Fox para analizar la problemática del aromático. Antes, el 27 de julio, varias organizaciones agrarias oaxaqueñas publicaron una Declaración del Sur -de la que rápidamente se deslindaron algunos de los firmantes-, patrocinada por José Murat.

Los funcionarios de Sagarpa -y hasta el mismo Presidente de la República-se han reunido con los inconformes. Han escuchado sus peticiones y propuestas, pero las han desestimado. Los encuentros no han modificado las políticas públicas. El presupuesto del sector -el más bajo en años-sigue sin ejercerse adecuadamente y la Secretaría de Agricultura se gobierna con decretos promulgados a través del Diario Oficial de la Federación. En las filas de los recién llegados hay bisoñería e incapacidad. Pero, según Javier Usabiaga, secretario de Agricultura, en el campo hay inconformidad, pero no crisis, y el malestar proviene tanto de la incapacidad empresarial de los campesinos como de la afectación de los intereses de sus líderes.

Las grandes empresas agroindustriales siguen disfrutando de los subsidios públicos que se otorgan al sector. Gracias a la pasada movilización campesina de Sinaloa, compañías como Cargill obtuvieron apoyos extras por 45 millones de dólares. El Estado se deshizo de las herramientasque le permitían regular la comercialización y los precios de los productos agrícolas. Ahora, las compañías agroalimentarias son las que están en posibilidad de establecer elcostede los productos agrícolas y de decidir si compran o no las cosechas.

Los dirigentes de las organizaciones campesinas tradicionales están molestos. Han perdido a cambio de nada los recursos económicos y la capacidad de interlocución que tenían con los gobiernos del PRI. No pueden dar respuesta a la presión de sus afiliados. Augusto Gómez Villanueva, el padre fundador de la Confederación Nacional Campesina (CNC) surgida del echeverrismo, resucitó como líder agrario. Heladio Ramírez busca relegirse al frente de la CNC, a costa de la unidad de la confederación...