Crisis financiera y agricultura

La Jornada, 04 de noviembre de 2008

Durante octubre el precio internacional del maíz y el trigo disminuyó, pero el de las tortillas y el pan fue el mismo. En la primera semana del décimo mes del año, la cotización del maíz en la bolsa de Chicago pasó de un récord de 296 dólares la tonelada, alcanzado el pasado 26 de julio, a 178 dólares. El trigo cayó de un máximo de 470 dólares la tonelada, obtenido en febrero de 2008, a 235 dólares. Sin embargo, el costo de los alimentos elaborados con ambos cereales no bajó un solo centavo para los consumidores finales.

La burbuja especulativa de las materias primas agrícolas, iniciada en 2002, reventó hace un par de meses. Desde que estalló la crisis financiera en Estados Unidos los precios de casi todos los granos básicos en los mercados internacionales se han hundido. Empero, lo que las personas comunes y corrientes deben pagar por su comida es lo mismo –o más– que gastaban cuando las cotizaciones de las commodities se encontraban en las nubes. Según el Banco de México el costo de los cereales, el pan y las tortillas aumentó 12 por ciento desde octubre de 2007.

Los precios de los cereales han experimentado una caída media de entre 30 y 35 por ciento respecto del año anterior. Sin embargo, en septiembre las cadenas minoristas en Estados Unidos aumentaron el costo de los alimentos 7.6 por ciento. Durante los primeros seis meses del año, Nestlé, una de las más importantes empresas agroalimentarias del orbe, incrementó 4.4 por ciento los precios de sus productos en todo el mundo, y en América Latina 8 por ciento. Por supuesto, ahora que las materias primas valen menos, no piensa bajarlos.

La excepción de esta debacle es el arroz, con cotizaciones al alza, como resultado de malas cosechas y una disminución de la superficie sembrada en Estados Unidos, que es el cuarto país exportador de la gramínea.

La bajada de los precios de las materias primas agrícolas obedece a una razón fundamental: con el dólar revaluado y temiendo una disminución de la demanda de cereales por la recesión económica, los fondos de inversión se retiraron de esos mercados, empujando las cotizaciones a la baja. Las posiciones pasaron de 58 mil millones de dólares a 8 mil millones.

Ello comprueba que la crisis de los alimentos, que provocó que 75 millones de personas se sumaran a las 850 millones que padecen hambre en todo el globo, fue precipitada, en mucho, por la especulación de los inversores institucionales.

Lo más probable es que el hundimiento en el valor de las commodities agrícolas no supondrá un problema para muchas trasnacionales de la alimentación. En la recesión económica de la década de los setenta, compañías como General Mills y Kellog se expandieron y tuvieron un mejor desempeño bursátil...