La Jornada, 30 de diciembre de 2008
Rage Against the Machine (Rabia Contra la Máquina, en español) es el nombre de un célebre grupo musical de rap metal. Surgido en Estados Unidos en 1990, fundió el hip hop, con el rap, el punk y el hard rock. Su objetivo, según Zack de la Rosa, su vocalista y letrista, fue construir un puente en el foso que divide el entretenimiento del activismo.
A pesar de que sus canciones tienen un mensaje claramente anticapitalista y contra la globalización neoliberal, la banda ganó dos premios Grammy y fue candidato a recibirlo en otras cuatro ocasiones más entre 1997 y 2002. Literalmente, su música fue una especie de himno del movimiento altermundista surgido a raíz de las protestas contra la Organización Mundial del Comercio (OMC), realizada en Seattle a finales de 1999. Su composición Wake upes parte de la banda sonora de la película Matrix y Calm like a Bomb (Calmado como una Bomba), de Matrix Reloaded.
La Máquina, dicen sus integrantes, “es la opresión de la gente en cualquier lugar, desde México a China o a Estados Unidos. La Máquina es la política que excluye a las personas del poder, mantiene a los pobres en su lugar y a los ricos en el regazo del lujo”.
El primer disco de Rage Against the Machine apareció poco después de los disturbios de la ciudad de Los Ángeles, en abril de 1992, y su tercer álbum, titulado The Battle of Los Angeles (La batalla de Los Ángeles), salió al mercado en noviembre de 1999, unos días antes de las erupción de Seattle.
Rage Against the Machine capturó y recreó, de manera anticipada, una de las fuerzas motrices de nuestra época: la rabia contra el sistema. No fue el primer grupo musical ni el único en hacerlo, pero sí uno de los más eficaces.
Se trata de una ira contra la máquina diferente a la tradicional oposición al poder de corte programático y razonado de los movimientos socialistas históricos; distinta a la resistencia (con frecuencia violenta) de los movimientos de liberación nacional contra las potencias coloniales. Es otra cosa: la explosión de furia de los de abajo, sin una propuesta política previa de transformación social o una ideología que justifique su acción. Es la cólera nacida del malestar, del desagrado, la indignación, la incomodidad, la frustración, el despojo y el maltrato de los poderosos. Es un profundo sentimiento de contrariedad que al exteriorizarse cambia el mapa político...