La Jornada, 03 de marzo de 2009
El grupo de prensa Hearst Corporation anunció el pasado 25 de febrero el recorte de la plantilla de personal del periódico San Francisco Chronicle. Su objetivo es reducir costos y evitar el cierre del principal diario de esa ciudad de California.
El San Francisco Chronicle está muy lejos de ser el único medio escrito en pasar apuros. La crisis global ha golpeado fuertemente a este sector productivo precipitando una gran oleada de quiebras, despidos masivos de personal, vacaciones anticipadas sin pago de salarios para los empleados, reducción de los tirajes y tamaño de los diarios, y cierre definitivo.
Los grupos mediáticos han sido sacudidos por la crisis financiera. Ni siquiera News Corp, el consorcio del magnate australiano Rupert Murdoch, el mayor conglomerado informativo del mundo, ha logrado salvarse del vendaval. Día a día se deterioran las finanzas del grupo. No obstante ser dueño de periódicos como The Wall Street Journal o The Sun durante el último trimestre de 2008 acumuló pérdidas por 6 mil 400 millones de dólares.
Tampoco escapan a ella diarios de referencia. Le Monde y El País pasan por dificultades económicas. Libération, el periódico nacido del movimiento del 68 en Francia, fue adquirido por el banquero Edouard de Rothschild. The Christian Science Monitor dejó de publicar su edición en papel para concentrarse, exclusivamente, en la digital. El descalabro financiero de The Chicago Tribune y Los Angeles Times es mayúsculo, tanto que la firma que los produce se declaró en bancarrota. El multimillonario mexicano Carlos Slim entró al rescate de The New York Times, adquiriendo parte de sus acciones y prestándole 250 millones de dólares.
Agobiados por la crisis financiera, los grandes corporativos han dejado de anunciarse en la prensa escrita. Compañías automotrices, cadenas hoteleras y tiendas departamentales han reducido sus presupuestos en publicidad. Simultáneamente, se ha limitado drásticamente el crédito. Asimismo, se ha pronunciado la caída en las ventas de periódicos, tendencia presente desde hace casi una década. Según Ignacio Ramonet, estas penurias se originan en la apuesta que los grandes grupos mediáticos hicieron en favor del poder financiero. Su decisión de endeudarse y convertirse en consorcios planetarios, así como de privilegiar en su funcionamiento los mecanismos financieros sobre los contenidos informativos han puesto a estas empresas en grandes dificultades...