Raúl Jardón: Travesía a Ítaca

La Jornada, 17 de marzo de 2009

Las elecciones internas del Partido de la Revolución Democrática (PRD) realizadas el pasado domingo fueron un cochinero. Nada nuevo. Muchos de los aspirantes a alguna diputación repartieron miles de despensas y utilizaron programas sociales para comprar votos, acarrearon simpatizantes a la urnas y pagaron salario a miles de activistas para que hicieran campaña en su favor.

No siempre fueron así las cosas. Hubo una época en que la izquierda partidaria socialista participó en los comicios desplegando un ejército de entusiastas voluntarios, recolectando recursos para la propaganda y la movilización de los candidatos, y tratando de convencer a los ciudadanos de sufragar por ellos con ideas.

Las elecciones de este domingo son síntoma de algo mucho más profundo. En relativamente poco tiempo, a pesar de las resistencias de muchos de sus afiliados, la izquierda partidaria ha perdido su vocación transformadora y su fundamento ético, reproduciendo las prácticas políticas que durante años denunció y combatió. Sin ser su objetivo explícito, Raúl Jardón narró este cambio de piel en su libro Travesía a Ítaca. Memorias de un militante de izquierda: del comunismo al zapatismo, 1965-2001, publicado por la editorial Cenzontle a finales del año pasado.

Descendiente de una estirpe de rebeldes, Jardón contó a La Jornada, en octubre de 2003,las raíces familiares de las que abrevó: Canuto Arzate, mi tatarabuelo, fue de los pocos hacendados en Calimaya que se incorporaron a las fuerzas de Miguel Hidalgo y peleó en el Monte de las Cruces; mi bisabuelo participó en la batalla de Puebla y mi abuelo paterno, Raúl Jardón, fue capitán del Ejército Zapatista, además, mi abuelo materno luchó en las fuerzas del general Cárdenas y mis papás fueron comunistas.

Fallecido en 2006 con apenas 55 años de edad, Raúl fue, a lo largo de toda su vida, un comunista congruente e incansable. Estudiante de marxismo en la Escuela Central del Komsomol, en Moscú, integrante de la Juventud Comunista desde los 15 años, del Partido Comunista Mexicano, del Partido Socialista Unificado de México, del Partido Mexicano Socialista, de la Corriente Socialista Revolucionaria y del Frente Zapatista de Liberación Nacional, conoció muy de cerca el proceso de institucionalización de la izquierda legal y su aggiornamento con el neoliberalismo.

Periodista, dirigente estudiantil, integrante de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación e historiador, fue, simultáneamente, un militante ortodoxo y un hereje que rompió con sus antiguos camaradas para involucrarse de lleno en el mundo del zapatismo civil...