La Jornada, 31 de marzo de 2009
Finalmente, una de las pocas organizaciones campesinas nacionales que habían sobrevivido sin fracturas de importancia se rompió. Aunque una de las partes no lo acepte así, la Unión Nacional de Organizaciones Regionales Campesinas Autónomas (UNORCA) tiene desde el pasado 27 de marzo dos dirigencias nacionales simultáneas.
En un lado se encuentra Olegario Carrillo Meza, relegido como dirigente nacional por 15 estados y la red de cafetaleros. En el otro está una coordinación provisional integrada por representantes de 10 entidades y la red de mujeres. De no llegar a un acuerdo, lo que sigue es un pleito entre ambas corrientes por la titularidad de las siglas, la posesión de las oficinas, la administración de los recursos económicos y la infraestructura y la interlocución con el gobierno.
Como sucede en cada ocasión en que se presentan conflictos parecidos, la corriente principal menosprecia la importancia de su disidencia. Según Olegario Carrillo no hay dos liderazgos nacionales, sino tan sólo uno: el que él encabeza. Sus nueve detractores, asegura, fueron ya expulsados de la organización.
Hasta ahora la UNORCA había sido una excepción ente las organizaciones campesinas nacionales, pues había logrado renovar su dirigencia nacional sin rupturas. La mayoría de centrales, uniones y alianzas campesinas que se reclaman nacionales, tanto las ligadas al Partido Revolucionario Institucional (PRI) como las denominadas independientes, se han fracturado desde 2000.
La UNORCA se fundó el 31 de marzo de 1985 en el municipio de Cuetzalan, Puebla, con 25 asociaciones rurales de base ejidal. Agrupó un liderazgo campesino de recambio, gestado durante años de lucha por la tierra, impactado tanto por la modernización del mundo rural como por la intervención de sectores de la intelectualidad crítica en el mundo agrario. Su proyecto combinó un modelo viable de desmantelamiento del viejo corporativismo agrario, útil para ganar elecciones, pero cada vez más ineficaz para organizar la producción, con una propuesta de desarrollo rural alternativo.
En sus orígenes la nueva red evitó alinearse con partido político alguno o participar como tal en procesos electorales, aunque fue muy activa en la elaboración de políticas públicas para el campo. Esto cambió desde 1988. Años más tarde la organización formó una Asociación Política Nacional y varios de sus dirigentes ocuparon puestos de elección popular. Sus estatutos señalan que es incompatible ser simultáneamente líder de la unión y diputado...