Joaquín Villalobos, el intelectual del calderonismo

La Jornada, 26 de enero de 2010

Nueva estrella en el firmamento político nacional, Joaquín Villalobos, uno de los cinco comandantes del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional de El Salvador, parece haber cambiado de profesión. Aunque formalmente se presenta con el pomposo título de consultor para la resolución de conflictos internacionales, en las semanas recientes ejerce de publicista de Felipe Calderón en su guerra contra el narcotráfico.

Publicista porque, en lugar de analizar con seriedad un fenómeno tan complejo y controvertido como es la guerra contra las drogas, se ha dedicado, por encargo del gobierno federal que contrató sus servicios, a la divulgación de información que busca magnificar y justificar la estrategia de combate al crimen organizado de la actual administración. Alejado del conocimiento histórico del tráfico de estupefacientes en el país, su artículo “Doce mitos de la guerra contra el narco”, publicado en la edición de enero de la revista Nexos, pretende vender a los lectores mexicanos convencidos del naufragio de la política oficial la especie de que ésta ha sido oportuna y exitosa. La versión ha sido divulgada en entrevistas periodísticas y medios electrónicos.

Su escrito retoma y elabora algunas ideas que había expresado en el artículo México en guerra, aparecido en el diario español El País el 3 de junio de 2008. No hay en ello novedad. El ex guerrillero salvadoreño ha colaborado en distintos momentos con varias administraciones públicas en México. El 7 de abril de 1993 obsequió al presidente Carlos Salinas, en Los Pinos, el fusil AK-47 que Fidel Castro le había entregado para su uso personal. Encarrerado, en 1994 apoyó al mandatario en la elaboración de una política contrainsurgente hacia el zapatismo. Desde 2005 y hasta la fecha, ha sido asesor, primero de la Secretaría de Seguridad Pública y después de la Procuraduría General de la República.

La asociación entre Joaquín Villalobos y el gobierno de Felipe Calderón forma parte de una larga cadena de colaboraciones entre el salvadoreño y los gobiernos conservadores de América Latina. El ex comandante insurgente fue contratado por el controvertido gobierno de Álvaro Uribe Vélez para analizar el futuro del conflicto colombiano en lo que él definió como la derrota de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Sin el menor empacho, se ha dedicado desde entonces a alabar la política de seguridad democrática y a Uribe. Fue consultor en temas de seguridad pública del presidente salvadoreño Francisco Flores. En junio de 2004, asistió como invitado de honor a la toma de posesión del mandatario Antonio Elías Saca. Ambos gobernantes de derecha. Durante años se ha dedicado a criticar sistemáticamente a sus antiguos compañeros del FMLN...