La Jornada, 09 de marzo de 2010
No es una maldición, pero casi. Las alianzas del Partido Revolucionario Institucional (PRI) con los gobiernos panistas para incrementar el IVA han terminado convirtiéndose en un bumerán para quienes las impulsan. Promovidas por las dirigencias del tricolor para obtener ganancias inmediatas, han provocado que sus impulsores paguen una costosa factura política.
En 2003, Elba Esther Gordillo, coordinadora del PRI en la Cámara de Diputados, pactó con Vicente Fox un paquete económico a espaldas de su grupo parlamentario. Justificó su acción en nombre de los grandes intereses nacionales. Para ella fue el principio del fin dentro del partido: primero fue destituida de la coordinación y después tuvo que abandonar las filas de su instituto político.
Hoy, una nueva bomba ha estallado en las manos de Enrique Peña Nieto y Beatriz Paredes. La difusión pública del convenio secreto signado entre la dirigencia del Partido Acción Nacional (PAN) y el tricolor, para que el Revolucionario Institucional aprobara el dictamen de la Ley de Ingresos de la Federación y el aumento de impuestos en el pasado periodo Legislativo a cambio de que el blanquiazul no se aliara con otros partidos políticos en las próximas elecciones del estado de México, ha provocado un verdadero cataclismo político en las elites.
De entrada, entre amplios sectores de la población ha quedado claro que el incremento aprobado a impuestos en IVA, telefonía, gasolina, gas, electricidad, no era realmente una necesidad económica de la nación, sino una maniobra para intercambiar votos por impuestos en favor del gobernador del estado de México. A los signatarios del pacto no les importaron las graves consecuencias del paquete económico entre la población ni la contracción del mercado interno ni las presiones inflacionarias ni la disminución del poder de compra. Su prioridad era otra: conseguir recursos y garantizar una competencia electoral que no pusiera en riesgo la candidatura de Peña Nieto a la Presidencia de la República.
Para evitar una derrota en su entidad, al político favorito de Televisa, al galán resplandeciente de las revistas del corazón, no le importó utilizar al Congreso y hacer un acuerdo lamentable para la gente más necesitada...