La Jornada, 01 de marzo de 2011
El jueves 16 de febrero, La Jornada publicó una nota en la que informa de las dudas de Bruce Williamson, cónsul de Estados Unidos en Monterrey, sobre la eficacia del Ejército Mexicano en la lucha contra el narcotráfico. “La presencia militar –afirma en un despacho confidencial del 29 de julio de 2009– no es una panacea para Nuevo León.” La información añade que en el combate contra el crimen organizado existe una grave descoordinación entre el Ejército, la Procuraduría General de la República (PGR) y la Secretaría de Seguridad Pública federal, y que las corporaciones se encuentran infiltradas por aquellos contra los que formalmente pelean.
Las notas fueron un duro varapalo para la administración de Felipe Calderón; para el gobernador de la entidad, Rodrigo Medina, y para el ex mandatario Natividad González Parás. Evidenciaron el fracaso de la estrategia antinarco, el control territorial que en ese rico estado tiene el cártel de Los Zetas, y la corrupción gubernamental.
La estrategia de contención de daños no se hizo esperar. Varios analistas oficiosos en diversos medios de comunicación nacionales desestimaron el alcance de las revelaciones. Ya se sabía, dijeron algunos. El gobernador Rodrigo Medina dijo que los cables no tenían validez. Y González Parás declaró que las comunicaciones del ex cónsul no se refieren a opiniones de él ni menos a la posición oficial (de su gobierno), sino a versiones que le refirieron algunos contactos, las cuales aseguraban la existencia de vínculos con el narcotráfico de funcionarios de mi administración y de mis hermanos.
Días después, en entrevista con El Universal, Felipe Calderón reconoció la magnitud del golpe. “Los embajadores –respondió– o quienes generaron los cables le echaron mucha crema a sus tacos. Siempre querían levantar sus propias agendas ante sus propios jefes, y han hecho mucho daño por las historias que cuentan y que, la verdad, distorsionan. Hay muchos casos de los que no vale la pena hablar.”
Ante un tema que –según Roberto Rock, su entrevistador– lo exaspera, el jefe del Ejecutivo añadió: Yo al embajador estadunidense no tengo que decirle cuántas veces me reúno con el gabinete de seguridad nacional ni qué digo; la verdad es que no es un asunto de su incumbencia.
La nota fue elaborada a partir de un archivo que contiene cerca de 3 mil despachos redactados por personal diplomático estadunidense, entregados a La Jornada por Sunshine Press Productions, que preside Julian Assange, fundador de Wikileaks. En ellos se abordan asuntos políticos, económicos y de seguridad pública de nuestro país. Una parte de la información contenida en ellos es muy delicada...