La Jornada, 21 de junio de 2011
Durante toda su vida persiguió a la injusticia pero al final la injusticia lo alcanzó a él. Matteo Dean tenía 36 años al momento en que la muerte lo encontró. Montado en su Suzuki 600, esperaba pagar el peaje de la caseta de la carretera Toluca-México cuando, a las 3:15 de la tarde del sábado 11 de junio, un camión sin frenos lo arrolló.
Matteo regresaba a la ciudad de México después de dar una conferencia sobre los 150 años de la unificación del Estado italiano. Había quedado en comer con su esposa, Sol Patricia Rojo. Poco menos de una hora antes la había llamado por teléfono desde Toluca para decirle: Estoy muy contento. Nunca he sido tan feliz en mi vida.
Matteo hizo tantas cosas que parecía tener mucho más edad de la que su acta de nacimiento decía. Nació en el poblado de Opicina, en Triste, Italia. Viajó literalmente por todo el mundo. Organizó colectivos autogestionarios, dio clases de italiano, fue investigador especializado en el mundo del trabajo y la migración en el Centro de Investigación Social y Asesoría Laboral; escribió reportajes, crónicas y artículos de fondo en La Jornada, Desinformémonos, Il Manifesto y otros medios, participó en una diversidad de cumbres y protestas altermundistas y fue documentalista.
Hermano menor de una familia separada desde que él tenía seis años, creció al lado de su madre. Estudió en la universidad un año de ingeniería y un año de historia, hasta que el movimiento social le hizo abandonar sus estudios. En Trieste formó parte del Centro de Cultura Italiana y se dedicó a ocupar espacios urbanos abandonados, en los que jóvenes y migrantes que no tienen casa encuentran vivienda digna. Fue parte de los Centros Sociales del Nordeste italiano, uno de los fenómenos políticos más innovadores de la izquierda de ese país.
Matteo llegó a México muy joven, casi por error, después de buscar un amor perdido en Canadá. La insurrección zapatista lo atrapó y se fue a vivir a San Cristóbal de las Casas. Estudió historia en la UNAM pero la huelga de 1999 lo absorbió.
Participó en las protestas contra el Foro Económico Mundial efectuado en febrero de 2001 en Cancún. En dos ocasiones fue expulsado del país, pero siempre se las arregló para regresar. Desde 2004 residió permanentemente en el país con una FM2, y un año más tarde comenzó a dar clases de italiano en el Instituto Italiano de Cultura. Sus alumnos lo apodaron El Profesor Gramaticus, por su interés en el conocimiento y enseñanza de los preceptos que rigen los usos correctos de la lengua...