La Jornada, 27 de noviembre de 2012
Una vez que el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) se ha transformado en partido político que busca su registro legal, enfrentará grandes retos para sobrevivir como lo que pretende ser: un partido-movimiento. Señalo solamente cinco que son relevantes: la contradicción entre partido y movimiento, y entre dirección nacional y afiliados en los estados; la falta de financiamiento; la carencia de cuadros profesionales, la doble militancia y la coyuntura electoral de 2013.
Antes de su conversión en partido político, Morena fue, fundamentalmente, un movimiento electoral. Su papel en la lucha por la defensa del petróleo y en la denuncia del gobierno de Felipe Calderón fue muy relevante, pero su participación en otras causas sociales y políticas ha sido inexistente. El grueso de su energía y sus esfuerzos giró en torno a la construcción de la candidatura y la campaña de Andrés Manuel López Obrador.
Transformarse ahora en un partido que promueve, organiza y da cobertura a luchas sociales es una tarea compleja. Su objetivo central a partir de ahora será conseguir el registro. A ello tendrá que dedicar la mayoría de sus recursos. En esas circunstancias, funcionar como un partido-movimiento será muy complejo. Ciertamente, en el pasado congreso se modificaron los estatutos para no privilegiar unilateralmente la organización a partir de los distritos electorales y permitir la organización de comités de base por fábrica, escuela, barrio, ejido y comunidad en lucha, pero eso es insuficiente.
Morena tiene gran influencia entre la izquierda intelectual y muchos de sus militantes son destacados dirigentes ciudadanos y sociales. Sin embargo, la mayoría de sus afiliados provienen de distintas tribus del Partido de la Revolución Democrática (PRD) que han sido desplazadas o relegadas de la conducción de ese partido, pero que conservan sus prácticas. ¿Podrá convivir creativamente una cabeza de jacobinos con un cuerpo que mantiene vivos el clientelismo y la política corporativa? ¿Podrán combinar su quehacer electoral con su participación en las luchas sociales?
El nuevo partido tiene un grave problema de financiamiento. Al separarse de la órbita del PRD, del Partido del Trabajo (PT) y de Movimiento Ciudadano (MC), Morena ha dejado de recibir los recursos que estas fuerzas le acercaban indirectamente. No hay ahora ningún incentivo de esos partidos para seguir apoyando económicamente a un adversario que a corto plazo los va a debilitar...