La Jornada, 30 de julio de 2013
El próximo año no habrá prueba Enlace, informó el titular de la Secretaría de Educación Pública (SEP), Emilio Chuayffet. El examen, aplicado entre 2006 y 2013 para, supuestamente, evaluar el rendimiento de 16 millones de estudiantes mexicanos, resultó un fracaso. Le costó al país más de mil 514 millones de pesos.
Alrededor de Enlace se cometieron muchas arbitrariedades en el país. Al maestro Humberto Ramiro Arciga lo despidieron en 2011 por no aplicar esta prueba en la primaria Braulio Rodríguez de San José las Minas, Puebla. No fue el único. Como él, fueron cesados otros 39 directores y Miguel Guerra, profesor de educación básica. Los despedidos tienen más de tres décadas de servicio y son maestros ejemplares. Durante años han elaborado un proyecto alternativo de educación y lo han puesto en práctica en sus aulas. Pero ahora, además de su trabajo, perdieron la posibilidad de jubilarse.
Humberto Ramiro Arciga es profesor desde hace 34 años, aunque llegó a la primaria Braulio Rodríguez hace apenas 13. Comenzó sus estudios en la Normal Rural Vasco de Quiroga, en Tiripetío, Michoacán, y los terminó en Ayotzinapa, Guerrero. Su compromiso con la escuela, que va más allá del horario de trabajo, le brotó de su vida misma y de su formación como maestro rural.
Indígena mazateco, Ramiro nació en la comunidad de Zacatepec de Bravo, en el municipio de San Sebastián Tlacotepec, Puebla, en plena sierra mazateca, el 6 de marzo de 1958. Hijo de campesinos, quedó huérfano de padre a los dos años, porque el cacique Zeferino Pedraza mató a su progenitor, Gabino Arciga, por defender las tierras comunales.
Desde cuarto año de primaria Ramiro estudió en internados. Primero en San Antonio Eloxochitlán, municipio en que nació Ricardo Flores Magón. Después en la secundaria técnica de Zaragoza, Puebla. Allí aprendió a cuidar los cerdos, a sembrar sorgo y maíz, a cultivar hortalizas. Su enseñanza estuvo siempre asociada al trabajo.
Ramiro considera que, enfrentando la pobreza y las carencias, los docentes aprenden cómo hacer su trabajo. Piensa que sólo desde el conocimiento de ese entorno, de sus dificultades, es que se puede evaluar realmente a los docentes.
La escuela Braulio Rodríguez sólo cuenta con dos aulas y dos maestros para impartir los seis años de primaria. Uno es Ramiro, que daba clases a cuarto, quinto y sexto grados, además de hacerse cargo de la dirección, y la otra es su esposa Rebeca Sánchez Jiménez, qiien atiende primero, segundo y tercer año. A la escuela asisten 80 niños...