La Jornada, 05 de noviembre de 2013
En Zacatecas, la insurgencia magisterial contra la reforma educativa tuvo, durante la segunda quincena de octubre, uno de sus episodios más álgidos y novedosos. Los maestros inconformes justificaron su exigencia de abrogar los cambios a los artículos 3 y 73 constitucionales en nombre de la defensa de la soberanía del estado y contra el centralismo. Aunque el paro indefinido duró solamente dos semanas, la radicalidad de sus movilizaciones alcanzó niveles de confrontación inusitados.
Los docentes suspendieron labores entre el 14 y el 25 de octubre. A su lado se movilizaron miles de padres de familia en todo el estado, en defensa de la gratuidad de la educación. Juntos, ocuparon 90 por ciento de las presidencias municipales en la entidad y el Congreso del estado. En distintas ocasiones tomaron las casetas de peaje de las principales autopistas y permitieron el paso de los automovilistas sin pagar. Durante más de una semana paralizaron las actividades de la Ciudad Administrativa, complejo de edificios gubernamentales, sede del Ejecutivo estatal. La policía antimotines tuvo que resguardar las instalaciones de Televisa y Tv Azteca.
Entre el 2 de octubre y el levantamiento del paro, los profesores realizaron, junto con otras agrupaciones, grandes marchas en la capital del estado. La movilización para recordar la matanza de Tlaltelolco fue la más numerosa desde la década de 1970.
Aunque el gobierno local controla las directivas de las asociaciones de padres de familia, sus integrantes se han incorporado masiva y radicalmente a las movilizaciones. En todo el estado los cabezas de familias tomaron escuelas y corrieron a las autoridades que llegaron a explicarles las bondades de la reforma educativa. Ellos consideran que la nueva norma pone en peligro la gratuidad de la educación pública. Tienen como antecedente el pago creciente y sostenido de cuotas que deben hacer para mantener las escuelas.
Curiosamente, estas muestras masivas de descontento se efectuaron poco más de tres meses después de que el Partido Revolucionario Institucional (PRI) arrasó en las elecciones de julio de este año. El tricolor obtuvo 35 presidencias municipales de las 58 en disputa, y 13 de los 17 diputados uninominales. La oposición denunció que el resultado fue producto de una elección de Estado.
Las protestas magisteriales contra la reforma educativa abrieron un corredor de salida para la expresión de un profundo malestar ciudadano al que no se le permitió expresarse por la vía electoral, y le descuadraron a Miguel Alonso Reyes, gobernador del estado, su esquema de control político...