La Jornada, 23 de septiembre de 2014
Escándalo sobre escándalo, 16 meses después de expedida la orden de aprehensión en su contra fue detenido el secretario de la tribu yaqui Mario Luna Romero. Policías vestidos de civil, a bordo de cuatro vehículos no oficiales, lo apresaron el pasado 11 de septiembre.
El arresto y encarcelamiento del líder indígena, que según el procurador del estado, el panista Carlos Alberto Navarro, es una persona inmersa en una lucha contra la autoridad estatal, fue ejecutada en pleno pulso entre el gobierno federal y el gobernador Guillermo Padrés por el envenenamiento de los ríos Bacanuchi y Sonora por parte del Grupo México. También, de la denuncia de que el mandatario construyó en su ranchito familiar, con superficie de 3 mil 600 hectáreas, una presa con una cortina de más de 100 metros de ancho y capacidad para almacenar más de 4 millones de metros cúbicos de agua.
Mario Luna es traductor y representante de los yaquis en Vicam, uno de los ocho pueblos que integran la tribu. Ha encabezado protestas y demandas legales para frenar la construcción y el funcionamiento del acueducto Independencia, que toma agua del río Yaqui, en la represa El Novillo. El acueducto amenaza directamente la sobrevivencia, cultura tradicional y medios de vida de la tribu. Apenas el 4 de septiembre, el hoy detenido había viajado a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos para exponer el caso.
Luna Romero está acusado por la procuraduría de privación ilegal de la libertad agravada y robo de vehículo, en contra de Francisco Antonio Delgado Romo y Deonicio Luzania Valencia, ambos yaquis.
Francisco Antonio Delgado Romo es un maestro indígena conocido como operador político del gobernador Padrés dentro de la tribu. Desde las primeras horas del 8 de junio de 2013, comenzó a beber y a buscar pleito en Vicam. Horas después, junto a otro sujeto, completamente ebrios, a bordo de un automóvil negro, embistieron una protesta en la Carretera Internacional en contra la construcción del acueducto Independencia, y casi arrollan a una mujer y a su pequeño hijo. Los torocoyis (traidores a su pueblo) trataron de huir, pero, después de una persecución, fueron arrestados y juzgados según las leyes yaquis.
La audiencia fue conducida por los gobernadores tradicionales de la tribu, hombres mayores encargados de ejercer justicia. Las autoridades regañaron severamente a Francisco frente a su hermana mayor y el auto fue decomisado hasta que quienes lo conducían paguen los daños causados tras su fuga...