Simultáneamente región productora, consumidora y de tránsito de estupefacientes en Guerrero se ha fortalecido el crimen organizado al tiempo que, como en el caso de El Paraíso, disputa rutas, mercados y territorios. Irónicamente, mientras el ejército y la policía concentra en sus operaciones en la entidad en tareas de contrainsurgencia, los cárteles de la droga crecen y actúan con mayor impunidad.