El avance de la revolución conservadora
La jornada, 04 de junio de 2002
Más que como mariscal de campo de un equipo de futbol americano Vicente Fox se comporta cual liniero ofensivo. No conduce el partido, pero choca con la escuadra rival.
Más que como mariscal de campo de un equipo de futbol americano Vicente Fox se comporta cual liniero ofensivo. No conduce el partido, pero choca con la escuadra rival.
Aunque líderes empresariales y legisladores del PAN aún no se hayan dado cuenta, la electricidad es un asunto peligroso no sólo para los linieros que trabajan arriba de una torre de transmisión de 230 kilovoltios. De insistir en reformar la Constitución para privatizar el sector eléctrico, corren el riesgo de electrocutarse.
Fue el parto de los montes. El proyecto estrella de Vicente Fox para el campo nació disminuido. Los recursos que llegarán al agro serán mucho menores de lo ofrecido. Los verdaderos ganadores no serán los campesinos, sino la banca privada y los vendedores de maquinaria agrícola e insumos.
El fantasma del zapatismo se le aparecerá este miércoles a Vicente Fox en Europa. Para su pesar descubrirá que en cuestión de derechos humanos México no ha dejado de ser observado, aunque juegue a convertirse en observador.
La abolición por decreto de la lucha de clases que proclamara este primero de mayo el secretario del Trabajo, Carlos Abascal, quien considera que los empresarios son también trabajadores, pareció hacerse realidad en el acto oficial del Día del Trabajo. Allí, en santa alianza, participó, codo a codo, junto a los dirigentes sindicales oficiales, el presidente del Consejo Coordinador Empresarial, Claudio X. González.
Ya hace un año que el EZLN guarda silencio. Desde entonces, en lugar de comunicados se escucha la voz de los municipios autónomos y el sonido de los conflictos locales. Se vive una situación que asemeja una olla llena de agua en la que centenares de burbujas explotan anunciando que el líquido está a punto de hervir. Las decenas de enfrentamientos que han brotado en Chiapas durante las últimas semanas advierten la tempestad que se avecina.
Sucedió en Morelos, a comienzos de la década de los 70. En la región todavía estaba fresco el levantamiento armado de Lucio Cabañas y vivo el jaramillismo. Dirigentes campesinos de varias regiones del país, muchos con años de cárcel, persecuciones políticas y enfrentamientos violentos con caciques y fuerzas del orden a cuestas, se reunieron en una escuela de formación de cuadros. Un destacado politólogo explicó cómo el Estado era un instrumento de dominación de una clase sobre otra, y cómo está integrado por tres pilares.
Heredero de los revolucionarios de café, ha surgido en la actual Legislatura un grupo de diputados de café. Si en la década de los 70 intelectuales y estudiantes se sentaban alrededor de una humeante taza de aromático para arreglar el mundo sin hacer de sus palabras compromisos de acción transformadora, en la Cámara de Diputados ha surgido un grupo de legisladores que pretende legislar sobre el café al margen de la opinión de productores y de la realidad del sector.
Robert Fisk es uno de los más grandes y polémicos periodistas contemporáneos. Recientemente muchos lectores mexicanos se han familiarizado con su obra, a través de La Jornada, sobre todo a partir del 11 de septiembre y la intervención militar en Afganistán.
Aunque nació en Irlanda ha vivido en Medio Oriente durante los últimos 24 años. Establecido en Beirut, trabaja de corresponsal del periódico inglés The Independent. Pocos reporteros conocen como él esta región, el mundo árabe y el conflicto árabe-israelí.
La intervención militar de Estados Unidos en otras naciones ha sido una constante en su historia. Desde su independencia ha enviado sus tropas a combatir a otros países en 216 ocasiones. Esta tradición de intervencionismo, frenada parcialmente por su derrota en la guerra de Vietnam, ha resurgido con renovado vigor a raíz del 11 de septiembre. Sin la resistencia de los ciudadanos estadunidenses a las acciones militares en el exterior que producirán muertes de sus soldados, la administración de George W. Bush se ha metido de lleno en una carrera armamentista y en la definición de un nuevo orden mundial basado en la supremacía militar de su país.