Juan Lira, altar de muertos

La Jornada, 03 de noviembre de 2020  

En su primer apellido encontró su destino. Juan Lira Bracho fue músico y dirigente sindical. En 1986, en la ciudad de Durango, fue arteramente asesinado por pistoleros en el hotel en que vivía.

En aquel entonces, en el estado en que nació Pancho Villa, Antonio Ramírez Martínez, señor de horca y cuchillo, dirigente vitalicio de la CTM, era una especie de vicegobernador de facto. Su carrera fue meteórica. Fue chofer, taxista, líder gremial y fundador de la CTM en Durango. Se convirtió en su líder local a partir de que su amigo Fidel Velázquez fue nombrado secretario general de ésta en 1941.

Nada se movía en el mundo sindical de la entidad sin su autorización. Él designaba diputados, senadores, gobernadores y alcaldes. Sólo la fuerza del Comité de Defensa Popular Francisco Villa (CDP) abollaba su corona. La potente y vigorosa organización de pobres urbanos y precaristas era uno de los pocos desafíos a su cacicazgo.

Su poder dentro de la CTM fue casi absoluto. Hasta que dentro de las filas del Sindicato de Músicos, un grupo de artistas comenzó a desafiarlo. Los nuevos conjuntos musicales, formados en su mayoría por jóvenes, decidieron librarse del rancio liderazgo de Ricardo Castro y nombraron en su lugar a Mario Adame. Antonio Ramírez les respondió como acostumbraba. Aquí se va a poner el que yo diga, no el que ustedes quieran. Y háganle como quieran. Y al que no le guste, las puertas de salida están muy anchas, les dijo, según recuerda Gabino Martínez. Adame prefirió bajarse de ese barco.

Sin embargo, los músicos jóvenes, más talentosos, con el oído más educado y abiertos a los nuevos ritmos, siguieron adelante en su empeño de deshacerse de los carcamanes. Escogieron como su dirigente a Juan Lira, amigo del profesor César Navarro, un ferrocarrilero con conciencia gremial, nacido en la comunidad de Tuitán, en Nombre de Dios, Durango, cuya verdadera pasión era la música. En la comunidad era notable la influencia del Partido Popular Socialista (PPS) y un movimiento campesino activo.

En Tuitán, en 1965-66, Juan conoció a Lucio Cabañas, deportado desde Atoyac por andar defendiendo a los ejidatarios contra las compañías madereras, y a los padres de familia de la escuela Modesto Alarcón contra los abusos de la directora. Lucio, que era maestro en Tuitán en la Miguel Hidalgo, se hospedaba en casa de un familiar de Lira Bracho. No les costó trabajo hacerse amigos.

Ya al frente del sindicato de músicos, comenzó para Juan un verdadero viacrucis. El Sol de Durango publicó a ocho columnas que el movimiento depurador era parte de una conjura comunista contra la CTM. Antonio Ramírez declaró que Lira Bracho se había apoderado del gremio musical para afiliarlo al Partido Socialista Unificado de México (PSUM)...