Silencio, guarda silencio. De la boca de María de los Ángeles Pineda, Lady Iguala, no sale una palabra de más. Sabe mucho, tal vez demasiado. Por eso, no hablar es su garantía de sobrevivencia.
En Acapulco, unos 700 profesores colocaron un ataúd y un mensaje: Descanse en paz maestro Víctor. Sólo este año 2014 van 19 maestros muertos por la violencia, causa de inseguridad, ¿cuántos más?
El féretro fue emplazado como señal de protesta, el pasado 14 de noviembre, frente a las oficinas de la Secretaría de Educación de Guerrero (SEG) en el puerto. El profesor Víctor era el supervisor de la zona escolar 37 de jardines de niños. Unos días antes fue asesinado en un robo a mano armada.
Después de realizar una asamblea, cerca de 4 mil pobladores de Ayutla de los Libres y Tecoanapa marcharon tres kilómetros por la carretera que comunica Ayutla con Cruz Grande, la cabecera del municipio de Florencio Villarreal, sede del 47 batallón de infantería. Exigieron la salida del Ejército de la región, el retiro de los retenes y el respeto al libre tránsito. Incansablemente gritaron: ¡Queremos escuelas, queremos trabajo, queremos hospitales, no militares!
En hilera, amarradas con un mecate, de una en fondo, con un letrero escrito a mano que dice infiltrados, 12 personas marchan por paseo de la Reforma. Son hombres y mujeres. Uno dijo ser militar, otro policía; varios son desempleados. Fueron detenidos por los maestros de Guerrero que llegaron a la ciudad de México el 6 de diciembre. Nadie los reconoció como integrantes de colectivos estudiantiles o de maestros. Dijeron que por 200 pesos aceptaron botear en nombre del movimiento magisterial.
La ratificación de que alguno de los restos humanos encontrados corresponden a Alexander Mora Venancio no comprueba la versión gubernamental de que los 43 normalistas de Ayotzinapa fueron asesinados e incinerados en Cocula. El resultado de los estudios realizados por la Universidad de Medicina de Innsbruck ni avala ni contradice el relato oficial de los hechos. Solamente establece la identidad de un joven asesinado y quemado. No dice quién ni cómo ni dónde se hizo.
Roberto Zavala Trujillo es padre de Santiago Jesús, uno de los 49 niños que murieron en el incendio de la guardería ABC, en Hermosillo, Sonora. Apenas este 20 de noviembre, en el pleno de sesiones del Congreso de ese estado, junto a miles de manifestantes que ocuparon el edificio en solidaridad con Ayotzinapa, declaró: Desde Sonora, a más de 104 años, damos reinicio a la Revolución que no ha caminado.
Pasan los días y sus hijos no aparecen. Un día las autoridades les dicen una cosa y al siguiente otra. Y las versiones que les dan no concuerdan con las evidencias disponibles. ¿Por qué los padres de los 43 estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa le van a creer al gobierno?
El coronel Juan Antonio Aranda Torres, comandante del 27 batallón de Iguala, es un militar formado en fuerzas especiales, inteligencia y contrainteligencia. Sin embargo, la noche del 26 de septiembre no tuvo noticias de que, a escasos metros de sus cuarteles, policías dispararon contra estudiantes normalistas. Tampoco tuvo conocimiento de que soldados bajo su mando amenazaron a los jóvenes. Lo que pasa es que nosotros nos enteramos al último, dijo.
El fuego devora un vehículo frente al palacio de gobierno de Chilpancingo. En el chasis de otro derribado, sobre uno de sus costados, manos rabiosas pintaron: Justicia. Guerrero está en llamas.
En cada marcha para exigir la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa desaparecidos, cientos de jóvenes participan cubriendo su rostro con estilizadas máscaras blancas con sonrisa, bigote y barba puntiaguda. La careta reproduce la utilizada por el revolucionario inglés del siglo XVII Guido Fawkes. Los hackers de Anonymous la han hecho célebre en muchos países.